- Lo pequeño es democrático, lo grande sólo conduce a la plutocracia.
- Pide a 6.000 entidades más de banca cercana que desarrollen labores sociales para evitar la exclusión financiera (o social).
Congreso mundial de
bancos minoristas y cajas de ahorros, celebrado en Washington.
Hasta allí se fueron dos hombres con un mismo sentido de la vida (ambos son católicos) pero con muy distinta visión bancaria. El uno, Fainé, trata de mantener el espíritu de las cajas de ahorros a través de la Fundación bancaria
La Caixa, la mayor obra benéfico-social de la banca española, así como la banca industrial y el negocio minorista. El otro,
Luis de Guindos, es un hombre de banca de inversión, el que ha terminado por cargarse a las
cajas de ahorros españolas, una tarea que demuestra la gran colaboración entre los dos grandes partidos españoles: la demolición del sector ahorro que comenzó con
Zapatero y terminó con Rajoy.
Pero allí, en Washington, había representantes de 6.000 entidades que aún subsisten a la
marea capitalista de terminar con todo lo que sea pequeño. Sí, esa es la clave,
Fainé ya no está defendiendo las cajas de ahorros, es decir, una naturaleza jurídica determinada, lo que está defendiendo es lo pequeño frente a lo grande,
la mayor batalla económica de la era moderna.
Para Guindos, lo mejor es que existan pocos bancos y muy grandes. Expone, como la doctrina dominante -todo tiene que ser elefantiásico en la globalización- un elenco de
razones financieras que justifican esta postura pero lo cierto es que lo grande resulta ingobernable -dijo
Chesterton- y que el
oligopolio bancario solo lo desean los grandes banqueros y la clase política para seguir adelante con su proyecto mafioso: tú, banquero,
cómprame la deuda para que pueda derrochar a gusto y cuando quiebres yo te salvaré con dinero público. Es lo que en Hispanidad hemos dado en llamar la Conjura Basilea, dado que es a través del poder normativo del
Banco Internacional de Pagos de Basilea (BIS) desde donde se instrumenta esta barbaridad financista. El BIS sigue siendo el banco central de los bancos centrales, principal causante de la crisis de 2007.
La conjura Basilea continúa, a pesar de que ha asido la causa principal, junto a la liquidez desbordante de esos mismos bancos centrales, de la crisis de 2007,
crisis de la que no hemos salido porque seguimos fabricando dinero e incrementado la deuda de los Estados.
En el extremo opuesto a Guindos,
Isidro Fainé, que preside un gran banco en España no lo olvidemos, habla de
exclusión financiera, que es lo que le pasará a la vieja de la esquina, poco interesante ya para los grandes bancos. De hecho, la banca al por menor, donde las cajas de ahorros eran maestras, está quedando para los cajeros.
Ahora bien,
cuando Fainé habla de que la pequeña banca tiene que ganarse la confianza de sus clientes, alude, allá en Washington, a la necesidad de poner en marcha ayudas sociales para evitar esa exclusión financiera (es decir, social). Predica con el ejemplo, pero
Fainé tiene que ser consciente de que ya no está defendiendo la obra benéfica de las cajas de ahorros. Lo que está defendiendo ahora es lo pequeño, sea caja, banco o cooperativa de crédito. Y ojo, porque a los bancos pequeños, Basilea se lo está poniendo tremendamente difícil.
En cualquier caso, luchemos por lo pequeño: el banco pequeño, la pyme, la asociación, cualquier cosa, con tal de que sea pequeño.
Lo pequeño es democrático, lo grande sólo conduce a la plutocracia.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com