Aforo completo en la primera sesión del juicio Bankia en la que los peritos del Banco de España, ojo, a las órdenes del juez Fernando Andreu, defendían su informe sobre la entidad financiera. Los peritos Busquets y Nogueras, autores del famoso informe que ha puesto en la picota al Banco de España, al FROB, a Rato y hasta a Goirigolzarri, ajustaron cuentas con sus jefes salariales -ahora trabajan para el juez-.

Hicieron dos informes, no uno, para no contaminarse el uno del otro, pero lo cierto es que tampoco hay muchas diferencias entre ambos. Recordemos: a Bankia se le acusa de que no valía el precio con el que salió a bolsa -algo siempre subjetivo- y la clave de ello está en la presunta falsedad de los estados contables de la entidad, falsedad que defienden los peritos.

Pues bien, la clave de su exposición, la que justifica su durísimo informe, llega cuando un nervioso Noguera y un tranquilo Busquets, explican que en el momento de autos, Bankia tenía un déficit de provisiones de más de 2.000 millones de euros de provisiones. Sí, se defienden, Bankia disponía de provisiones genéricas para cubrirlas. Ya aseguran los peritos, pero las provisiones anticíclicas no podían emplearse para cubrir el agujero dado que, según las normas internacionales de contabilidad (IAS) no permitían que se emplearan para ello. Hombre sí, señores peritos: las IAS no lo permitían pero el Banco de España, que era el inspector de Bankia, sí. De hecho, justamente para eso se crearon las provisiones genéricas, en tiempos de Jaime Caruana, hoy en el BIS y mentor de Basilea y de las IAS.

El gran invento español en contabilidad bancaria fue las previsiones genéricas. Y Bankia iba sobrada de ellas
Las provisiones genéricas constituyen la gran aportación de España a la contabilidad financiera internacional antes de la crisis. El esquema era sencillo: usted tiene que dotar un remanente (provisiones) específico para cada tipo de negocio por si había morosidad. Eso era práctica habitual en todo el planeta. Ahora bien, el Banco de España exigió a las entidades además, dotaciones genéricas, anticíclicas, sin ningún objetivo concreto… por si venían mal dadas. Y vaya si vinieron. De hecho, con la crisis, toda la banca española utilizó las genéricas para cubrir morosidad cuando agotaron las provisiones específicas. Y bien que hicieron.

Es verdad que cuando los estadounidenses impusieron sus normas contables bancarias, rechazaron este invento español. Decidieron que las crisis bancarias se arreglaban con más capital. Si un banco tenía un agujero se ampliaba capital. Pero el capital hay que remunerarlo y, cuando un banco cae, acaba remunerándolo la sociedad en su conjunto, mientras que las provisiones bancarias las pagaba el propio banco cuando las cosas iban bien. Los malos banqueros se mostraron muy felices con este criterio yanqui, propio del capitalismo depredador gringo, quien además, desde los fondos, la banca en la sombra, controla el poder financiero mundial, trabajando con el dinero de los demás.

En plata, no me gusta el informe de los peritos Busquets y Nogueras. Parecen empeñados en vengarse de sus jefes, ahora que sus jefes del supervisor tienen menos poder que antes. Y en el entretanto, han puesto en solfa la gestión de todos los presidentes anteriores de Bankia y abocado al Estado, es decir, al conjunto de los españoles, a pagar más dinero a los presuntos damnificados de Bankia, que no son los accionistas ni los preferentistas: somos el conjunto de los españoles.

Si Bankia estaba quebrada debió dejársela quebrar. Y si no lo estaba no debió nacionalizarse
En cualquier caso, que dos inspectores del Banco de España critiquen la mejor medida financiera del Banco de España durante los últimos lustros, como son las provisiones genéricas, tiene bemoles.

Este caso Bankia resultó muy artificioso desde un comienzo. La tesis de Hispanidad sigue siendo la misma: si Bankia estaba quebrada debía habérsela dejado quebrar. Ahora bien, con ese informe pericial no se demuestra, ni mucho menos, que Bankia estuviera quebrada ni que hubiera falseamiento contable previo a la salida a bolsa. Quien compró acciones lo hizo porque quiso. Y aunque Goirigolzarri lo está haciendo bien, lo cierto es que nos habríamos ahorrado mucho dinero todos los españoles si Bankia no se hubiera nacionalizado.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com