- La sentencia de Pamplona puede no sentar un precedente jurídico.
- Provocará algo peor: impunidad.
- Un 'artista' ha robado 242 formas consagradas y el juez le absuelve con argumentos peregrinos.
- En el entretanto, empieza a cundir la Adoración Eucarística: esto tiene arreglo.
La
sentencia del juez de Pamplona,
Fermín Otamendi, que absuelve al navarro
Abel Azcona no sentará precedente. Sentará algo peor:
impunidad en la profanación y en los sacrilegios eucarísticos. Y no olvidemos que
la batalla final será batalla por la Eucaristía, el gran regalo de Dios al hombre.
El señorito Azcona roba
242 formas de la Iglesia, como es un gran artista, hace una
"exposición" de tales formas con fotos que formaba la palabra 'pederasta'. Esto porque, además de artista, es
hombre comprometido. Va el juez -menudo fallo, Señoría- y lo archiva.
Sí, habrá que
defender la Eucaristía físicamente, con la propia vida. Porque el Enemigo va a por eso.
A partir de ahora, cualquier miserable sabe que
la abominación les puede salir gratis. Incluso será homenajeado por los demoniacos. No hablo ni de poseídos ni de endemoniados, hablo de los que, a veces, sin tener muy claro dónde están, se han enrolado en el ejército cristófobo.
Esto no es satanismo es el
apoyo entusiasta del satanismo. A fin de cuentas, no a todos los seguidores de la
Bestia se les presume la inteligencia. Muchos son idiotas,
tontos útiles. Otros están verdaderamente comprometidos. A la Bestia le es indiferente. Le sirven uno
y le sirven otros. En cualquier caso, ¡gran trabajo, Señoría!
Pero también suceden otras cosas:
entro en Pamplona, en la capilla de la Iglesia de San Ignacio, en pleno centro de la ciudad, mismamente al lado de la Diputación Foral de la muy católica
Uxue Barkos. Exposición perpetua del
Santísimo. En la misma Pamplona.
Sí, cada vez son más los adoradores y cada vez más templos que exponen al
Dios anonadado. Ahí radica la
batalla final, como creo haber dicho antes.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com