Carlos Díaz Güell es uno de los periodistas económicos, así como profesor universitario, con mayor experiencia de España. Se le recuerda como el mejor portavoz que tuvo el Banco de España cuando el Banco de España era importante. Pertenece a la generación de la Transición, una generación muy especial.

El calvinismo puede ser muy eficaz si se busca la mejora de la economía, no de las economías

Para ellos solo había dos mundos: la arbitrariedad franquista frente a la institucionalidad democrática. Noble idea en una transición hacia la democracia parlamentaria pero que les llevaba a exagerar la importancia impersonal de las instituciones frente a la relativa relevancia de sus protagonistas, las personas, gente que pasan, frente a las organismos, que permanecen incólumes. Seamos justos: los plumíferos de la transición estaban convencidos de que la mejor manera de proteger a la persona era prestigiar las instituciones.

Uno es más personalista que Díaz Güell pero sigo admirando, no su calvinismo, que detesto, sino la razón que les lleva a ese calvinismo, y que es su loable intento de crear una ética civil que sustituya a la ética católica, una especie de renovado mito de Sísifo, perpetuamente condenado al fracaso. Pero muy loable, lo digo en serio.

He tardado en leer el volumen que compendia sus últimos artículos. La verdad es que el pensamiento actual parece haberse reducido al artículo periodístico, como demuestra la parte sustancial de la obra de Chesterton, el pensador líder del siglo XX.

Por eso, se trata de leer el libro de Güell con calma. Hoy un par de artículos, mañana tres, pasado mañana uno… El conjunto es más que recomendable pero no sería yo si me quedara en el elogio hacia un amigo: vamos a acuchillarle con todo afecto:

En primer lugar, la precitada ética civil, que emana del profesor Díaz Güell (más importante lo de periodista). Como digo, se empeña en prescindir de la ética cristiana y no encuentra sustituto para ella, salvo en clave, precisamente, chestertoniana: "Las ideas modernas no son más que las viejas ideas cristianas que se han vuelto locas".

El calvinismo puede ser muy eficaz -acaso no lo ha sido en el mundo anglosajón- siempre que se busque una mejora de la economía y no de las economías familiares. O sea, lo de Rajoy: hemos sacado a España del abismo, ya sólo nos queda solucionar ese pequeño problemilla del desempleo y la pobreza.

El segundo palo puñetero a mi admirado Güell: lo que podríamos llamar política de salarios. Dos artículos, separados por 150 páginas, compendian la tesis: por un lado, críticas a los demagogos, siempre pendientes de los salarios de los altos directivos y tan indulgentes con los salarios de un Cristiano Ronaldo o de un Leo Messi. Como director de Hispanidad me doy por aludido.  

Hombre, Carlonjas, yo también estoy contra los salarios de Cristiano Ronaldo, entre otras cosas porque cuanto más cobran estos galácticos más tontos se vuelven y, también, porque desde que el fútbol se hizo espectáculo dejó de ser deporte. En efecto, yo pondría topes a los salarios de los jugadores. Pero la solución no está en condenar la riqueza de Ronaldo y condonar la de FG y sus inagotables emolumentos. La solución es ponerles a ambos como no digan dueñas.

Pero lo peor viene ahora. El mismo Carlos Díaz Güell (y, sin embargo, te quiero) nos habla, un pelín más adelante, de la necesaria moderación salarial. Es cierto que se consigue reducir costes de manera más eficiente -otra vez la eficacia- congelando los salarios de los 100.000 trabajadores del BBVA que reduciendo a la mitad el de FG, pero, si hacemos ambas cosas, el bueno de Paco González llegará a fin de mes mientras que es muy probable que sus trabajadores congelados se topen con algún problemilla para lograrlo.

En cualquier caso, esos calvinistas (se llaman liberales pero son más bien 'calcas', calvinistas y capitalistas) hablan de moderación salarial sin hacer distingos entre los perceptores de salario mínimo y los de otro tipo de retribuciones.

Dicho esto, estamos ante un libro que merece la pena leer.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com