• Si la violencia machista decide las elecciones del día 20 es que este país está enfermo… de mentiras e hipocresía.
  • Los cuatro partidos aspirantes al triunfo están liderados por progres relativistas de medio pelo.
  • Se insultan mutuamente pero todos navegan en la misma dirección.
Marta Rivera, candidata de Ciudadanos, es ya la apestada oficial. Del PP, del PSOE, de Podemos y otros predios y castas. La fiebre hembrista ha enloquecido a feministas y feministos y en el PP compiten con el PSOE por ser más feministas que nadie. Para entendernos, algo tan nimio, y tan acertado, como pedir que la mujer que asesina a su esposo reciba la misma pena que el hombre que asesina a su esposo ha provocado una histeria colectiva de todos los partidos y el propio Albert Rivera, un tipo con escasa personalidad, dejarla tirada. Y es que, como decíamos ayer, toda la demagogia, la hipocresía y el ridículo se ha volcado en la violencia de género, una verdad tan exagerada que se convierte en una gran mentira, acompañada de embustes planos y de paradigmas idiotas, el principal de todo ellos es el siguiente: la mujer es una santa y el hombre un demonio. Pues bien, a Rivera ya la han laminado, incluso le han retorcido palabras y actitudes, algunas de cuando hizo la primera comunión y ahora resulta que es una nazi. Todo esto en 24 horas. Está clarísimo: está clase política da asco: hay que votar en blanco. Principal, entre mujeres pero también hombres. Ya saben que todavía hay algo más tonto que un obrero de derechas y es un hombre feminista. Pero en esas estamos. Están todos: el PP, el PSOE, Podemos… y un Albert Rivera también rendido a lo políticamente correcto. Es la carrera por ser más progresista que el de al lado y la de ocultar sus verdaderos deseos. El problema es que los cuatro aspirantes a la Moncloa (cinco, si contamos a Soraya, y hay que contarla) piensan exactamente lo mismo: progres relativistas de medio pelo, más o menos homosexualistas, más o menos feministas, más o menos cristófobos, más o menos destructivos con la propiedad privada, tremendamente frívolos y extraordinariamente cobardes. Se insultan mutuamente pero todos navegan en la misma dirección. España se merece algo más que esta panda de macacos mediocres. Eulogio López eulogio@hispanidad.com