• Suicidio y homicidio indiscriminado: las dos marcas de Satán que tanto odia al hombre.
  • Eso sí, cuando uno lee la prensa jacobina madrileña casi dan ganas de apoyar a Mas.
  • El PSOE utiliza la corrupción contra el PP, el PP contra el PSOE y ambos contra Convergencia.
  • Del CIS, lo más relevante es la desaparición de la histórica democracia cristiana catalana.
  • Muchos catalanes defienden su derecho a la autodeterminación para no autodeterminarse jamás. Mire usted, eso no es dignidad, es narcisismo.
  • Y en la locura narcisista y paranoica en la que se ha envuelto el nacionalismo catalán, no se acepta a Cristo por ser español.
  • Cataluña no sólo se fractura, como el mundo, tras el 11-M neoyorquino, sino que, además, se radicaliza.
El siglo XXI no comenzó con la Diada catalana -puedes creerme, Artur- sino con el atentado contra las torres gemelas y el asesinato de más de 3.000 personas. O sea, que la cosa ya presumía una centuria sangrienta. Atentado suicida -el peor de los homicidios es el suicidio- y matanza a un público indiscriminado que sólo se puede identificar como 'ellos': sin nombres ni apellidos. Entre otras cosas porque más de 3.000 muertos son demasiados nombres y demasiados apellidos. Suicidio y homicidio indiscriminado, terrorista: las dos marcas de Satán, que tanto odia al hombre. Nada como el 11-S describe el mundo actual del siglo XXI. Luego George Bush respondió fatal y con cierta similitud en cuanto a lo indiscriminado: bombardeó el país de Husein, con la muerte de muchos inocentes y ocupó  Irak pero, miren por dónde, los soldados norteamericanos pasaron y ha surgido ahora el Estado Islámico, la mayor amenaza para la libertad. En Cataluña hablamos de otra osa. Dicen las encuestas que un 46% de los catalanes apoya el deseo a la secesión. Sin embargo, buena parte de ese 46% defiende su derecho a la autodeterminación para no autodeterminarse jamás. Mire usted, eso no es dignidad, es narcisismo. Ya les comenté en su día la historia de ese amigo mío catalán que suspira por un referéndum independentista que sabe que iba a perder y en el que hasta sospecha -de sí mismo- que su voto iba a ser: "no". Insisto: todo esto no es dignidad, es narcisismo. Al mismo tiempo, en la otra orilla, tampoco me gusta lo que veo. Cuando uno lee la prensa jacobina madrileña dan ganas de gritar: ¡Viva Artur! La prensa madrileña está utilizando la corrupción para las elecciones del 27-S. El PP utiliza la corrupción contra el PSOE, el PSOE contra el PP y ambos contra Convergencia. La honradez les importa poco: sólo machacar al adversario. No, los pecados de Artur Mas son aún más graves. No es que haya fracturado la sociedad catalana y creado la hasta ahora inexistente catalanofobia en España, es que, además, se radicaliza y se vuelve más cristófoba. Sí, en la locura narcisista y paranoica en la que se ha envuelto el nacionalismo catalán, no se acepta a Cristo por ser español. En serio, me lo dijo un importante empresario catalán: "después de los de Rouco los catalanes se han alejado de la Iglesia". Y se quedó tan ancho, oiga. Lo más llamativo de la encuesta del CIS del jueves es que desaparece la histórica Democracia Cristiana catalana. Durán Lleida era uno de los pocos líderes inteligentes al que le ha perdido no hablar claro. En resumen, tras el 11-S el mundo y Cataluña se han sectarizado y radicalizado. Y no hablo de la radicalidad de la virtud. Eulogio López eulogio@hispanidad.com