Sr. Director:
Tenemos en breve unas elecciones generales, en las que nos jugamos nuestro porvenir, teniendo que acatar la ignorancia de muchos ciudadanos que se creen las mentiras que le ofrecen los que hasta ahora sólo han hecho que desmoronar la economía, el trabajo y la moral del pueblo.
Es conocido por todos que las Instituciones del País están rendidas al servicio de Sánchez, de tal forma que hace imposible que se cumpla el requisito imprescindible de toda democracia, como es la independencia de las mismas.
Uno de los golpes más sonoros ha sido el asalto al poder judicial, con el control del Tribunal Constitucional. No lo es menos la Fiscalía, o RTVE (Teleembustes), el INE, el CNI, el CIS e INDRA. Naturalmente a esto hay que añadir la Abogacía del Estado, el Tribunal de Cuentas, el Consejo de Estado, la Guardia Civil; Correos o Aena. El narciso Sánchez actúa con voracidad para colocar al frente de estas y otras empresas, a las personas más afines a sus intereses. Y no termina en estas el asalto de Sánchez a otras sociedades e Instituciones, pues la lista se haría interminable; se habla de más de 25 entidades colonizadas por la Moncloa.
Según el diccionario de la lengua, un déspota es una persona que abusa de su poder o autoridad y que gobierna sin respetar ley alguna. Esta definición retrata con gran acierto al okupa de La Moncloa y a los españoles nos crea una enorme preocupación el que este inepto embustero repitiese en el poder y así llevarnos a los postulados de cualquier república bananera. Hemos visto en el párrafo anterior que nuestro presidente -abucheado por el pueblo siempre que tiene ocasión-, domina el totalitarismo al colonizar todas las Instituciones, gran parte de los medios de comunicación y el poder para imponernos sus perversas ideas y mentalizarnos. Esto es un grave peligro para nuestra España y nadie debía dejarse llevar hacia la dictadura.