Sr. Director:

Antes de que comenzara el confinamiento para frenar los efectos nocivos de la crisis sanitaria actual, menos de un 8% de los empleados en todo el país tenían la posibilidad de trabajar telemáticamente. Así lo confirma un estudio elaborado por Randstad bajo título “El futuro del trabajo”, donde también se refleja que la situación laboral provocada por el coronavirus ha dado la vuelta. Actualmente, el 42,8% de las empresas españolas han implantado medidas de teletrabajo para poder continuar con su actividad.

No obstante, el entorno laboral no ha sido el único que ha tenido que mutar, casi de manera obligatoria, al entorno digital. La distancia con nuestros seres queridos, familiares y amigos también ha desencadenado un crecimiento exponencial en el uso de aplicaciones móviles para realizar video llamadas, que han pasado a constituir el principal instrumento para mantener el contacto. Las relaciones sociales se han trasladado a salas virtuales.

Las consultas médicas, el trato de las entidades financieras con sus clientes, servicios de cuidado personal y actividades de restauración, entre otros, han visto que sus maneras de proceder han dado un giro de 180 grados. La distancia social es el factor común entre todos ellos.

Por tanto, podemos decir que la tecnología, los servicios de Internet y las redes de telecomunicación en general han sido un factor imprescindible en el que apoyarnos para mantener lo que ya conocemos como “nueva normalidad”. Ahora bien, ¿qué ha ocurrido en el ámbito educativo?

“Sin lugar a dudas, esta situación de excepción ha exigido una mayor autonomía e implicación por parte de nuestros alumnos, que ahora sí han pasado a ser los protagonistas de su proceso de aprendizaje, adoptando el profesor un rol de guía que promueve y facilita el aprendizaje”, asegura Nuria Camuñas, directora del Departamento de Educación de la Universidad Nebrija. Según indica, “esta situación ha puesto de manifiesto la necesidad de implementar sistemas de evaluación continua y variada, prestando especial atención a sus capacidades diagnósticas y a la retroalimentación con el alumnado”.