Sr. Director: Uno de los objetivos del congreso "Yo soy cristiano. Hechos y propuestas", que tuvo lugar recientemente, es romper con esa especie de ghetto cultural que provoca hoy en España que muchos católicos se avergüencen de reconocerse públicamente como tales, como católicos. La labor que realiza hoy la Iglesia en todos los ámbitos de la sociedad debería ser, por el contrario, motivo de sano y justificado orgullo. Hay muchos católicos dando un impresionante testimonio en las Cáritas parroquiales, en las misiones, en el mundo educativo o en la empresa. No se trata de pedir a cambio el aplauso del mundo, pero no estaría mal que ciertos prejuicios muy extendidos se revisaran a la luz de estas realidades. Unos prejuicios que, a veces, han hecho suyos también no pocos católicos. Jesús Martínez