Sr. Director:
"Tenemos que seguir adelante juntos, porque solos es difícil. Ayudaos unos a otros, se camina mejor juntos", dijo el Papa en su sorpresiva visita a Amatrice, la zona devastada por el terremoto del pasado 24 de agosto en el centro de Italia. Pasará tiempo hasta que la zona vuelva a ponerse en pie.
En tiempo récord, y con una fortaleza encomiable, han sido capaces de levantar algunas infraestructuras provisionales, como escuelas, para que la vida pudiera continuar su curso con la máxima dignidad.
Pero serán las heridas que no se ven las que más tarden en cicatrizar; las de esas personas que lo han perdido casi todo, y que se echaban en brazos del Papa bañados en lágrimas. Para esas heridas no hay mejor sutura que la fe; una fe que espera, pero no de brazos cruzados, sino que se traduce en gestos de caridad como el del Papa, que en medio de la destrucción todavía visible y del dolor más profundo, nos ha vuelto a enseñar el verdadero camino de la misericordia.
Xus D.
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14/12/24 15:00