Sr. Director:

Y cuantas hagan falta, mientras el pueblo lucha contra la terrible pandemia, D. Pedro, el trola, pasando de una tumbona a otra, para descansar del terrible esfuerzo de protegernos de la plaga que nos invade. Primero, en el palacio de la Mareta en Lanzarote, luego en el de las Marismillas en Huelva y no va a Benidorm porque creo que allí no hay palacios. A continuación, se presenta en “sus” televisiones y dice que ha salvado a 450 mil personas del hachazo del coronavirus y vamos y nos lo tragamos. “Reina mal el rey, y lo paga la grey”.

Hemos vuelto, con el azote del virus, a la situación que teníamos en el segundo trimestre del año; entonces llegamos tarde a afrontar el problema, por la desidia y la incapacidad del Gobierno que sufrimos, además de anteponer razones ideológicas a la salud. Ahora tras la experiencia pasada, seguimos igual; solo podemos confiar en la capacidad y el esfuerzo de nuestros sanitarios. Pero no solo el “Jefe”, el resto del Gobierno goza de la misma falta de voluntad y responsabilidad, pues ante la grave situación que tenemos, el ministro que sea competente y digno debería abandonar la insensata labor de todo el gabinete. Pero claro, luego todo lo arreglan dando un mitin en sus televisiones y les creemos. Decía Ryszard Kapuscinski: “Cuando se descubrió que la información era un negocio, la verdad dejó de ser importante”. Seguimos siendo los peores en los resultados de la gestión del Covid-19 y también los peores en las consecuencias económicas derivadas de esa gestión. Casi todos los países de la UE nos han retirado su confianza y el caradura que nos gobierna, de tumbona en tumbona.