Sr. Director:
Comienza el año dedicado a san Pablo, encasillado en el antifeminismo por algunas y desconocido por las nuevas generaciones, ha llegado al mundo una de las epístolas más bellas y edificantes de la cristiandad.

Basta leerlas con hondura para desechar un prejuicio misógino, antes al contrario solicita de los maridos amor, respeto, cuidado, perdón… hacia sus mujeres y anteponerlas al padre y a la madre.

A ellas les pide un sometimiento al varón que no humilla si ambos han aceptado que debe haber un cabeza de familia como lo hay en toda empresa que quiera llegar a buen puerto. Cuántas separaciones se evitarían si la mujer y el hombre supieran estar en su sitio, cuántos fracasos si pusiéramos por obra estas palabras de inspiración y sabiduría divinas.

Pili S. Montalbán

monpili2@gmail.com