Sr. Director:
Esta expresión, tan cacareada en otros tiempos en Cataluña, claro, en sentido contrario al que yo le doy en el título, cuando los Pujol y otros se enriquecieron, ahora se puede afirmar con total actualidad, por los condicionantes de algunos infames políticos de allá, que pretenden extender sus órdenes en territorios que no son los suyos. Pero como tenemos a un “Memo” al timón de nuestro País, los tentáculos de los políticos catalanes alcanzan a Madrid con aquello de ordeno y mando, tan habitual en su tierra. A nadie puede sorprender si digo que es una infame injerencia en los asuntos de una comunidad que no es la suya, con la intención de perjudicar a sus políticos y a sus habitantes. Esta acción tan vil, solo puede entenderse entre “rufianes” y “memos”. En condiciones normales, el árbitro que tenemos en La Moncloa debería parar los pies a Gabriel Rufián y decirle cariñosamente: “¿a ti, quién te ha dado vela en este entierro? Pero el Memo se ha solidarizado con él y cedido a sus exigencias.
La bonanza económica de Madrid, esa que quiere cargarse el doctor Embustes, es el fruto de su acertada política impositiva. De Cataluña huyen las empresas por la enorme presión fiscal, además de por la inseguridad jurídica en ese territorio. Pero los “rufianes” de la política catalana obligan al “Memo” a que Madrid sea igual de nefasto que ellos en materia fiscal. En Madrid tendremos que apechugar con una presión impositiva que nos han diseñado unos maléficos catalanes, ya que un “Memo” les ha dado el “VoBo”.