Sr. Director:
Nunca me he sentido demasiado orgulloso de mi licenciatura en Derecho, porque (con la inestimable “ayuda” de la enfermedad de Crohn) me costó seis años obtenerla, y con calificaciones digamos que discretas.
Nunca me había sentido orgulloso de ese título... hasta que han aflorado las mamandurrias obtenidas por algunos políticos profesionales.