Sr. Director:
Un año más, atravesando muy diversas circunstancias y avatares, llega la Nochebuena, la Navidad.
Celebramos estas fiestas, en su aspecto más folclórico, con luces multicolores, bolas de adorno, espumillón, etc. En una faceta algo más íntima, alrededor de una mesa con turrones, en compañía de familiares y amigos; son momentos en los que la ausencia de personas queridas se nota más.
Y en sentido religioso, san Josemaría recomienda en tiempo de Navidad "contemplar las imágenes del Niño Jesús envuelto en pañales, sobre la paja de un pesebre. Y cuando todavía es Niño y no dice nada, verlo como Doctor, como Maestro, porque hay que entender las lecciones que nos da" de pobreza, de humildad, de amor…
Aquí y ahora, todavía podemos festejar el nacimiento de Jesucristo con armonía y paz. Pero en algunos países no pueden celebrar esta conmemoración. El papa Francisco ha dicho: "Pienso en los mártires de nuestros días, los hombres, las mujeres, los niños que son perseguidos, odiados, expulsados de sus hogares, torturados, masacrados. Y esto no es una cosa del pasado: esto sucede hoy". De otros atentados informan exhaustivamente los medios de comunicación, y se movilizan manifestaciones de protesta y solidaridad; en cambio, este genocidio, que en pleno siglo XXI se perpetra en varios países, enseguida queda cubierto por un manto de silencio informativo, como si se pretendiese evitar reacciones que pudieran molestar a los criminales.
No obstante, a pesar de estos tiempos convulsos, festejamos la encarnación de Jesucristo, que ha determinado un antes y un después en la Historia de la humanidad: tenemos motivos para la esperanza. ¡Feliz Navidad!
José Murillo
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13/12/24 16:58