Sr. Director: La celebración de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro atrae la atención mundial durante estos días de agosto. Los Juegos Olímpicos, desde sus orígenes, son una oportunidad para el encuentro entre culturas, expresión de la común unidad de la familia humana. El deporte en sí mismo representa una cultura que debe encontrarse con los valores del Evangelio. Una cultura que está condicionada por una sociedad en la que prima el espectáculo. Xus D.