Sr. Director:
La Santa Sede ha presentado hace dos meses el documento "Ad resugendum cum Christo" sobre la inhumación (enterrar en la tierra o humus) o la cremación de los cadáveres: una invitación a reflexionar sobre el destino que damos a los restos mortales de los fallecidos. En el documento hay aspectos de fondo y otros de forma, todos importantes.
De forma es que estas consideraciones están dirigidas especialmente a los católicos que quieren vivir su fe y aceptar las enseñanzas de la Iglesia, sin ponerse a la defensiva crítica ante sus exhortaciones. Y de fondo es la fe en Jesucristo resucitado que ilumina toda la vida de los creyentes en la tierra, así como la muerte y el tránsito a la vida eterna.
Las opiniones y la sensibilidad de cada uno son respetables, lo cual no quiere decir que siempre estén acertadas. Para algunos tener las cenizas de los padres bien juntas en la chimenea acompañadas de un bonito florero es muestra de cariño y de buen recuerdo.
Sin embargo no se puede extrapolar como si fuera el mejor modo de rendir culto a los difuntos. Y habrá que dedicar alguna reflexión sobre la costumbre cristiana y las repercusiones para vida de fe. Porque esa custodia de las cenizas también la practican los budistas, sintoístas y otras religiones.
Y entonces tendremos que pensar ¿en qué se diferencian las diversas religiones?, ¿acaso todas son equivalentes?, ¿nos apuntamos al supermercado de las religiones según el gusto y sensibilidad de cada uno? Y esto en un ambiente hasta ahora cristiano.
Juan García
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10/12/24 12:27