Sr. Director: Es lamentable la creciente intransigencia lingüística del nacionalismo catalán. El último ejemplo lo he presenciado en mi ciudad, en Lérida. Resulta que CiU y ERC han protestado contra la presencia en las calles leridanas de señales informativas del ayuntamiento respetuosas con el bilingüismo, es decir, escritas en catalán y en castellano. Exigen que "la rotulación pública tiene que ser únicamente en catalán". La exigencia del "únicamente" revela intolerancia y un profundo desprecio a la pluralidad y la convivencia lingüística. Me pregunto qué tiene de negativo que junto a la información en catalán aparezca la información en castellano. ¿A quién le puede molestar que se facilite su entendimiento a todos? Realmente deplorable la radicalización del nacionalismo catalán en los últimos tiempos en tantos aspectos. María Caro