Sr. Director: El desgobierno de nuestros ejecutivos europeos y la ausencia de una política migratoria común crea sensación de anarquía. Ni la ingenuidad ni tampoco el miedo son buenos consejeros. Hacen falta grandes dosis de realismo para aceptar que el Sur del Mediterráneo es una bomba de relojería compuesta de pobreza, inseguridad, violencia, corrupción y miedo. Sus ciudadanos emigran porque anhelan vivir. El éxodo es imparable. Y si en Europa no somos capaces de actuar por razones de justicia, hagámoslo, al menos, por razones de necesidad. Xus D. Madrid