Sr. Director: Con un gesto cara a la galería, Pedro Sánchez visitó Portugal en su primer acto público de este año, después de las elecciones generales del 20 de diciembre. Quería buscar consejo y señalar el camino para establecer una posible coalición entre las fuerzas de izquierdas, que a semejanza del país vecino, echaran del poder al partido más votado. Pero Pedro Sánchez no había visto el reflejo completo del espejo portugués. Debería haber esperado a las elecciones presidenciales del domingo, 24 de enero, en las que los electores han castigado severamente la extraña coalición de socialistas y extrema izquierda, y han permitido que el candidato conservador Marcelo Rebelo de Sousa se aúpe a la Presidencia de la República, barriendo con un 52% de los votos, y sin necesitar por tanto ni siquiera una segunda vuelta. Puede ser un buen ejemplo de lo que espera al partido de Sánchez si sigue los pasos portugueses. Xus D. Madrid