Sr. Director:

La sentencia del Tribunal Constitucional que ratifica la Ley de plazos del aborto confirma la deriva del máximo órgano de garantías constitucionales que, en esta ocasión, no solo se ha encargado de dar satisfacción a los deseos del Gobierno, sino que ha traspasado una peligrosa línea respecto a sus funciones constitucionales. No está entre las misiones de este tribunal la creación de un nuevo derecho, el derecho a la autodeterminación de la madre en el aborto. Se ha excedido en sus competencias y se ha convertido en órgano constituyente de nuestro sistema democrático.