Sr. Director:
No es grato referirse al Presidente de tu Comunidad con palabras poco halagüeñas. S. Revilla, los cántabros ya llevamos muchos años aguantando sus apariciones en las TV, tenía fama de ser el Presidente más gracioso de las Comunidades y mantenía su populismo a costa de los pobres cántabros, gente llana y trabajadora. Vd. Quería ser el Presidente de Cantabria, y para ostentar ese cargo a pactado con las ideologías más detestables. Pero lo de ahora ya sobrepasa todos los límites de la paciencia de los cántabros; ha promulgado una ley que obliga a todos los ciudadanos a estar vacunados y disponer del pertinente certificado, para entrar en los lugares de comidas.
El colmo de esta dictadura que nos impone el Sr. Revilla, es que además peligra nuestra salud; le pregunto a una doctora y me recomienda que no me vacune porque es una vacuna que está poco experimentada y puede producir un trombo o cualquier cosa.