El presidente Zelenski visitó la Casa Blanca, en un gesto de Joe Biden para presionar al Congreso, de mayoría republicana, que bloquea la ayuda a Ucrania. La guerra ha entrado en un momento crítico, en el que, a la contestación interna a Zelenski, se suma el cansancio occidental, traducido en un drástico recorte de fondos. Kiev necesita reencauzar la situación con EE.UU. antes del inicio de la campaña electoral estadounidense, consciente de que la sintonía de Donald Trump con Vladimir Putin puede complicarle mucho las cosas.
Del bloqueo de fondos motivado por cuestiones de política interna, todo lo irresponsable que se quiera, los republicanos podrían pasar a apoyar con convicción un fin inmediato de la guerra en los términos deseados por Moscú. Las reuniones mantenidas por el primer ministro húngaro, Viktor Orban, con representantes y senadores republicanos, apuntan en esa dirección, pese a las advertencias de destacados líderes conservadores, como el excandidato Mitt Romey, para quienes la contención a Rusia debe mantenerse por encima de las disputas partidistas.