Sr. Director: Los acontecimientos producidos el domingo en Cataluña y provocados por los golpistas de su gobierno autonómico, pueden ser evaluados en sus dos vertientes: positiva y negativa. La visión positiva es de los delincuentes que lo promovieron y está en el intento de impedirlo del gobierno español, sin conseguirlo, y la represión de la justicia y fuerzas del orden estatales, con algunos heridos. El aspecto negativo, es el de todas las personas de bien y respetuosas con la ley y la justicia, que pudieron constatar, una vez más, el desprecio a la ley de unos transgresores que manipulan y engañan al noble pueblo catalán. Yo les pregunto, ¿cuánto tardaron en enchironar al golpista Tejero? Y conste que éste hizo menos daño al pueblo español que los golpistas catalanes. De nada nos sirve echar la vista atrás para culpar desde Franco, que dotó a Cataluña de la mejor industria nacional para mimarles y tenerles contentos, pasando por los presidentes de gobierno González y Aznar que concedieron a esa comunidad competencias que nunca hubieran soñado y terminando con el inane Zapatero que se ofreció en todo lo que necesitasen. Triste espectáculo que ofrecimos al mundo por la debilidad de un gobierno y las zancadillas que le ponen los demás partidos políticos. El irresponsable Pedro Sánchez, con su sí pero no, sin definirse con la contundencia que  la situación requiere, y el comisionado de Maduro, Pablo Iglesias, consciente de que es temido con horror en España, sin otro argumento que el de quitar del gobierno al maricomplejines de Rajoy y así acabar con este gran país que es España. Algo positivo de todo eso: la afirmación nacional de los ciudadanos, con la sola excepción de los independentistas, que siempre tenían temor de exaltar nuestra bandera, nuestro País y nuestras costumbres y el domingo desplegaron su patriotismo sin temer que la ultraizquierda les llamen fachas. Pablo D.