Es cierto que Alexis Tsipras (en la imagen) es un jetas y que los griegos practican el "yo invito, tú pagas". Y también es cierto que los griegos se han negado a reducir su gasto público en serio. Buena prueba de ello es la reducción de su gasto militar que no puede ser una prioridad para ellos en el momento presente.

Ahora bien, cuando se habla de rescates de la Unión Europea utilizamos el término 'ayuda' y supongo que buena parte de los lectores de prensa, oidores de radio y espectadores de la tele pensarán que Bruselas se niega a dar -primeramente eso, dar- más dinero a los derrochadores portugueses, irlandeses… o griegos.

Oiga, no. Ni la Troika en general ni Bruselas en particular dan otra cosa que los buenos días. Lo que dan son créditos.

A ver, repitamos: una cosa es dar y otra prestar. Una donación es eso: mi dinero cambia de bolsillo. Un crédito es esto otro: mi dinero cambia de bolsillo pero el receptor queda obligado a devolvérmelo y, además, con intereses. Me devuelve más de lo que le doy, Cuando dono algo, el donante no me devuelve nada, ni capital, ni intereses.

Los rescates no son otra cosa que créditos. Es verdad que a tipos de interés inferior a los de mercado, pero el prestatario debe devolver el capital más los intereses. Lo cual no es lo que se dice muy solidario. Los griegos saben que si se endeudan más aún se tendrán que apretar más el cinturón, como hemos hecho los españoles… y aún así debemos lo que no está escrito.

¿Que es obvio lo que decimos? ¡Ojalá, ingenuo, ojalá!

Hispanidad

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