Que UGT haya pedido que la jornada de teletrabajo sea de cuatro días puede recordarnos aquello de cobrar más, trabajar menos y ¡qué viva el sindicato! Además, el sindicato reclama una nueva regulación para el teletrabajo más específica y que resuelva las lagunas que no contempla la legislación actual. En este sentido, el sindicato demanda que la empresa compense al trabajador por los gastos que le genera trabajar por su cuenta -luz, internet, mobiliario y alquiler en algunos casos.

Todo muy interesante, si no fuera por la situación que vivimos. Es cierto que atravesamos por un momento en el que el teletrabajo está solucionando el problema de muchos padres para hacerse cargo de sus hijos, ya que les permite trabajar desde casa mientras cuidan de ellos. Hasta ahí, todo correcto.

Pero a estas alturas de estado de alarma (llevamos más de 3 meses) el teletrabajo también está pasando factura a los progenitores que se esfuerzan al máximo por conciliar su vida familiar con su vida laboral con las restricciones que impone tal estado de alarma. Si a la jornada laboral telemática, intensa de por sí, donde los padres tienen que combinar sus quehaceres profesionales con las tareas de sus hijos y las labores domésticas, le quitamos un día concentrando aún más la jornada laboral, el resultado puede ser de caos total.

Así que, dadas las circunstancias, señores de los sindicatos, plánteense una cuestión: ¿es este el momento de pedir una 'telejornada laboral' de cuatro días? A mí no me salen las cuentas.