El primer ministro italiano, Matteo Renzi, pide ayuda a la Unión Europea para controlar la inmigración irregular. Hace bien, desde luego, aunque cuando la presión la sufría España, vía Marruecos, los italianos miraban hacia otro lado y ni tan siquiera se solidarizaban con las peticiones españolas. En cualquier caso, la tragedia del Mediterráneo es que, en efecto, toda Europa ayude a todos los españoles. Ahora bien, ¿para qué está pidiendo ayuda Renzi? ¿Para abrir las fronteras a quien huye en la guerra, la tiranía o la miseria o para cerrarlas? Recordemos los mandamientos para abordar la inmigración: 1.- La migración es mala. Emigra el desesperado porque no puede vivir en su país. Si pudiera se quedaría allí. Conclusión: hay que ayudarles a desarrollarse allí. 2.- Fronteras abiertas. La inmigración es mala cosa pero como la gente sufre no se le puede cerrar las puertas. Lo cristiano es mantener abiertas las fronteras. 3.- Hay que intentar controlar las avalanchas. Es el mal menor pero hay que hacerlo. Y encima, hay que vigilar que no se cuelen islámicos indeseables entre los sufrientes. Como recuerda el ministro Jorge Fernández hay que ayudar a los inmigrantes porque muchos de ellos son cristianos que huyen de la barbarie musulmana. Hispanidad redaccion@hispanidad.com