Y sería mejor que la organizaran los obispos. Una España que desaparece cada año en el mundo asesinada antes de nacer. Más de 45 millones de abortos anuales, la tragedia de nuestro tiempo. Antes, en Madrid y en otras capitales españolas, se celebraba una eucaristía callejera por la familia a finales de diciembre. En la calle, que es donde hay que estar, porque ser católico hoy en día, con la cristofobia reinante, exige exhibicionismo. Si no, nos arrinconan entre los comecuras podemitas y los tibios peperos. Sí, sería una buena cosa celebrar el Día por La Vida, festividad de la Anunciación, nueve meses antes de nacer, desde la concepción hasta el parto, una Eucaristía por la vida. Quizás para el 2018… pero anunciadlo ya. Hispanidad redaccion@hispanidad.com