Oscar. Mala noticia: mala pedantería empieza a cundir en Estados Unidos
Siempre decíamos que los norteamericanos eran simples, pero nadie dijo que fueran pedantes. Y por no ser pedantes su simpleza no caía en la frivolidad, que nadie hay más superficial que el pedantón.
Ahora, con la entrega de los Oscar eso está cambiando: USA se nos vuelve pedante. De entrada, el triunfo del pedante Iñárritu, con una pedante historia con mensaje críptico y de salida, el fracaso de la película más taquillera, El francotirador, simplemente porque no resultaba políticamente correcto, al nuevo tontipacifismo que empieza reinar en Estados Unidos y que hasta ahora era patrimonio -tontipatrimonio- europeo.
Como si el amor y la muerte no fueran los dos elementos con los que se teje cualquier obra artística.
En cualquier caso, cuidado con ese divorcio -en Europa somos especialistas- que se está gestando entre Hollywood y el público norteamericano. Al parecer, a los intelectualoides del séptimo arte no les gusta lo mismo que al norteamericano medio. En España sabemos lo que eso significa. Lo sabemos desde hace mucho tiempo.
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