Ahora es el momento de hacer el cambio de cuotas por IVA, precisamente por la reducidísima inflación en la que se mueve todo el mundo, también España, con motivo de la caída del precio del petróleo. El problema de sustituir cuotas por IVA es doble. Por un lado, se puede disparar  la inflación -nada que temer-. Por otro, en los impuestos indirectos hay mucho fraude, lo cual no significa que sean menos justos que los directos: de hecho, lo son mucho más: a la gente hay que mirarle por lo que grabarle y por lo que gasta incluso antes que por lo que gana, dado que el ahorro, en una sociedad moderna, se convierte inmediatamente en inversión. Es un riesgo, sí, y más en una sociedad envejecida donde el principal gasto social son las pensiones pero, o se cambia ese modelo, es decir, o se reducen hasta anular los impuestos laborales, o el pleno empleo resultará sencillamente imposible. Pero ni PP ni PSOE se atreverán al cambio. Hispanidad redaccion@hispanidad.com