Inversiones en España, de las que tanto presume Rajoy, pero perpetradas desde paraísos fiscales europeos. Al alza, oiga al alza. Por ejemplo, desde Irlanda, Holanda y Luxemburgo, éste último el peor de todos. Por eso, el hombre que afianzó el Gran Ducado como repugnante paraíso fiscal, Jean-Claude Juncker, preside hoy la Comisión Europea. La verdad es que, o se llega a una homologación fiscal en el conjunto del continente europeo o no habrá Unión Europea. Será una burla de higas. Y encima, los meridionales, por ejemplo, españoles, italianos y portugueses, tendremos que seguir aguantando la estupidez de que somos unos corruptos. Tienen razón: los meridionales somos corruptos porque incumplimos la ley, los anglosajones son corruptos porque la cumplen. Por ejemplo, con una política fiscal que roba fondos al competidor sureño en un mercado único pero con países que juegan con tipos fiscales reducidos. Nada preocupante, claro está. A fin de cuentas, tan sólo el 25% del dinero privado del mundo está radicado en paraísos fiscales. Los anglosajones son especialistas en crear eso: paraísos fiscales. Así que, ¿quién es más chorizo? Hispanidad redaccion@hispanidad.com