No me cansaré de hablar del artículo 510 del Código Penal, reformado por Zapatero y, a mayor abundamiento, esto es, a mayor necedad, por Mariano Rajoy. Habla de los famosos delitos de odio, esos que pueden costarte hasta cuatro años de cárcel. Total, una broma. Nacieron ayer pero ya son famosos, muy famosos. Se considera un invento de lo más progresista, pero lo cierto es que no hacen más que resucitar la parte más criticable de la criticada inquisición. Ojo, la inquisición sólo arremetía contra los católicos. Si no lo eras no tenías nada que temer. Pero, la parte negativa de la inquisición es que juzgaba la conciencia y eso es algo muy difícil de medir. De hecho, sólo Dios suele acertar en el juicio. Y más: estos delitos convierten a jueces, fiscales y demandantes en dioses que juzgan la intimidad de las personas. Y lo malo es que muchos progres se han creído justamente eso: dioses. Hispanidad redaccion@hispanidad.com