Me temo que los madrileños no quieren un Madrid sin coches dado que lo utilizan todos los días varios cientos de miles de ciudadanos contribuyentes. Si la alcaldesa, Manuela Carmena (en la imagen) pudo darse un garbeo en bicicleta en la jornada sin automóviles fue porque la policía municipal vació, por la fuerza, la Gran Vía. El ciclista no es el eslabón más débil de la cadena, como se repite. El eslabón más débil es el peatón, cada día más acosado por el ciclista como éste lo está por los coches. El ciclista dispone de una máquina, el peatón tan sólo de sus piernas. Haga usted una ciudad para los peatones, doña Manuela, no para los ciclistas. Pero, sobre todo, Manuela no seas hortera: no conviertas en el ciclismo en filosofía: no da para tanto. La bicicleta no es la diversidad de los coches, de la misma forma que la homosexualidad no es la diversidad de hombres y mujeres. La diversidad está, precisamente, en que hay hombres y mujeres. Que no te engañen Manuela. No existen coches-gay. Hispanidad redaccion@hispanidad.com