Aunque ya está en campaña, Cristina Cifuentes, otra de las moteras del PP, sector Sorayista, prohibió a los funcionarios que protestaban contra las nuevas competencias a los registradores, que entraran en la Puerta del Sol. Les permitió acudir a Gran Vía pero la Puerta del Sol, ni tocarla, oiga. Cifuentes se ha pasado toda la legislatura permitiendo concentraciones en el kilómetro cero, justo debajo del despacho de sus correligionarios y sin embargo, enemigos, Esperanza Aguirre e Ignacio González. Pero eso se acabó, que ella sueña con ocupar ese mismo despacho de Sol y no quiere ni manifestantes ni perroflautas en las cercanías. Para esta termita del PP, republicana y abortera, una cosa es ser delegada del gobierno y otra presidenta de la Comunidad de Madrid. Lo segundo mola más, así que pocas bromas con la Puerta del Sol. El PP, cada día más parecido a la UCD, gracias a personajes como Cifuentes. Hispanidad redaccion@hispanidad.com