Caso real: automóviles que el sábado tarde intentan entrar en Madrid por la carretera de Extremadura. El Ayuntamiento no tuvo mejor idea que cortar las entradas al centro de Madrid. De esta forma, colapsó la M-30 en dirección este y oeste. Naturalmente, el automovilista tuvo que dar la vuelta sin cumplir su objetivo y contaminó mucho más que si le hubiera dejado pasar y a la velocidad habitual. Es Navidad y los madrileños van al centro porque es donde están las mejores atracciones para la chavalería. Pero es que la Navidad no le gusta nada a la abuelita Carmena, por lo que ha colocado el belén en el hueco de la escalera. Si finalmente lo consiguen se encontrarán con la capital más sucia que recuerda este cronista, que ya lleva unas cuantas décadas en Madrid. Y no, la culpa no la tienen las concesionarias: la tiene la señora alcaldesa, que para eso lo es y cuya responsabilidad primera es la limpieza. El Madrid de doña Manuela cada vez está más guarro. Hispanidad redaccion@hispanidad.com