La noticia es que no hay noticia, el Estado Islámico sigue avanzando en tierras de Irak y Siria pero Occidente no mueve un dedo por detenerle. El presidente Obama sigue empeñado en que sean los árabes los que arreglen sus problemas, sin darse cuenta de que muchos árabes se están fanatizando y pasando a las filas del Califato islámico. Y eso que la primavera árabe ha resultado un sonoro fracaso. Mientras, Europa sigue pendiente de Grecia, es decir, de su bolsillo. Y eso que tiene al Estado fanático y salvaje a las puertas. Hispanidad redaccion@hispanidad.com