La banca en la sombra, mayoritariamente fondos, es mucho más opaca que la banca tradicional. Y lo malo es que el poder está pasando de los bancos a los fondos. El caso Abengoa es una prueba de ello. Seguimos pendientes de si los nuevos fondos aceptan aportar 500 millones de euros para que la empresa pueda seguir adelante. Pues bien, la opacidad es total. Seguimos sin saber qué ocurre, y lo malo es que nos tememos lo peor: los fondos se disponen a extorsionar a Abengoa cediendo dinero a precios abusivos. O sea, haciendo negocio con el agonizante. ¡Ah! y no existen fondos buitres y fondos normales: todos resultan buitrescos. Hispanidad redaccion@hispanidad.com