Arabia Saudí ha formado una alianza militar contra el terrorismo. Esto recuerda cuando, en pleno franquismo, un grupo de manifestantes rodeaba la embajada británica en Madrid. Al grito de Gibraltar español. El ministro de Gobernación se puso en contacto con el embajador británico: ¿Quiere usted que le envíe más policías para proteger la embajada? -No -respondió el aludido-, basta con que me envíe menos falangistas. Pues esto igual. Bastaría con que Riad y sus amigos ríos de Kuwait, Qatar y Cía., dejaran de financiar el terrorismo árabe, tanto Al Qaeda como al ISIS, para que estos tendieran a desaparecer. Y hay un segundo objetivo en esta historia. Mantener el crudo bajo, para que Arabia pueda seguir disfrutando del apoyo militar de Estados Unidos y del conjunto de Occidente mientras fastidia a Irán y Rusia, los dos grandes productores de gas. Ya se sabe que las tribus árabes pueden seguir viviendo a cuerpo de rey con un crudo a 40 dólares y que, de paso, consiguen que el precio del gas se desmorone, con el consiguiente daño para Teherán, su verdadero enemigo, y su aliado ruso. Hispanidad redaccion@hispanidad.com