Probablemente, el valenciano Esteban González Pons -el gato de Cheshire- sea el pepero que más tonterías es capaz de proferir por minuto. Y eso en dura competencia con sus colegas.
Ahora aplaude el registro de pasajeros paneuropeo. Es decir, que cualquiera de los países miembros tenga información sobre cualquier pasajero de cualquier vuelo que aterrice en la Unión Europea. Yo no sé si será muy útil para luchar contra el yihadismo, pero significa otro atentado -otro más- contra la privacidad.
Y no, no creo que sea muy útil porque genera mucha información y los medios locales, que son los que al final identifican y detienen al terrorista, probablemente sean incapaces de codificar tanta información.
En cualquier caso, el mismo González Pons, que arremetía contra los polacos, que intentan ser coherentes con sus principios cristianos, se emociona ahora con una medida, que a lo mejor es necesaria, -no lo creo-. Pero que, -te pongas como te pongas-, sí representa un atentado contra la intimidad personal, uno de los valores más dañados hoy en Occidente tanto por el Estado como por la propia sociedad.
Y lo malo es que ha cundido tanto el miedo al terrorismo islámico que la gente está dispuesta a aceptar cualquier reducción de su libertad. Y quede claro que el terrorismo islámico, sin duda peligroso, no es ni mucho menos el principal problema de Occidente.
Hispanidad
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