A Ada Colau le preocupa mucho la movilidad sostenible y poco el empleo. Y es que prosigue con su plan de movilidad de reducir más el acceso de vehículos privados y de transporte de mercancías. Todo sea por defender su zona de bajas emisiones y dar más espacio a las bicis.

Pero ojo, porque unas 40 organizaciones han advertido a la alcaldesa de Barcelona que pone en peligro 50.000 empleos, según informa El Economista. Es decir, muchos más que los provocados por los cierres de plantas de Nissan, contra los que Colau ha protestado: el ERE del grupo automovilístico japonés podría quedarse en 2.525 afectados, aunque conviene destacar los 25.000 empleos indirectos que generaba, y dentro de estos últimos, Magneti Marelli ya ha puesto en revisión a 1.200.

Y no hay que olvidar las palabras de la número 2 de Colau y concejala de Ecología y Urbanismo, Janet Sanz, pidiendo evitar que la industria automovilística se reactivara en España cuando termine la crisis del coronavirus.