Se va Ángela Merkel, una dirigente de la comunista RDA que sin solución de continuidad se convirtió en líder de la Europa occidental y demócrata y ahora será sustituida por el marxista Olaf Scholz, que gobernará con sus opuestos económicos, los liberales y con sus distantes verdes, absolutamente opuestos al principio de libertad económica de los precitados liberales. Como en España, lo único que une a las tres formaciones de progreso es su cristofobia, en mayor o menor grado.

El lema es "atreverse a más progreso" gracias a la macedonia de socialistas, verdes y liberales en un mismo Gobierno.

Y a nadie le chirría. Esto no es el crepúsculo de las ideologías: más bien parece el crepúsculo de la razón.