Vaya pues ahora resulta que había liquidez en el Popular, al menos la suficiente para cubrir sus problemas hasta celebrar un programa de liquidez de emergencia (ELA) con el BCE para, a partir de ahí, buscar una solución mejor que su venta a derribo. Eso es, al menos, lo que publicaba en la mañana del jueves, Hispanidad. La noticia deja preocupado porque parece que al final no se formalizó la ELA, a pesar de que el banco tenía 600 millones de liquidez que le permitían aguantar hasta la formalización por problemas puramente burocráticos. Algo así como no poder pagar la provisión de fondos del notario por no recordar el pin de la tarjeta que tiene como consecuencia que no se firma un préstamo con el que cancelar una deuda en fase ejecutiva. ¡Un despropósito, vamos!

Todo esto se ha sabido por un informe secreto del Banco de España (BdE) que, gracias a la decisión del Juez Andreu, se ha hecho público junto con otros calificados igual por el supervisor y que obran en la causa. Queda mal otra vez Luis de Guindos quien ha asegurado, por pasiva y por activa, que el Popular no tenía ni para atender el recibo de la luz al día siguiente y el BdE que aparece como un actor pusilánime durante la crisis de dicha institución. Al final el BCE le está comiendo la merienda al BdE que se va a quedar para inspeccionar a las Cajas Rurales, a las que ya tiene acogotadas porque en algún lugar hay que colocar a los chicos que no se fueron a Frankfort.

​Luis de Guindos no puede quedar peor en esta historia. El Banco de España no se atrevió a plantarle cara al BCE

Los recursos contra la actuación de la JUR se han esforzado en demostrar que había soluciones alternativas a la aplicada. Así se lo exigía la normativa europea sobre resolución bancaria. Ahora no tienen que demostrar nada, ahora tienen una prueba de que había una que ya se apuntó en algunos de dichos recursos: una línea de liquidez de emergencia. Salvo que los tribunales europeos digan que esa prueba está bien pero solo para nuestra Audiencia Nacional o que el BdE tampoco es que sepa mucho de banca. De Guindos no tiene una situación complicada a pesar de sus afirmaciones incluso en sede parlamentaria porque al final dirá que él era solo el Ministro de Economía y que esto de la resolución del Popular era cosa del BCE y del BdE y de la JUR. Así que qué se hubiera puesto de acuerdo o que Emilio Saracho hubiera aguantado la presión, en lugar de tirar la toalla un rato antes de que sonara el gong que anunciaba el fin del asalto.

Ahora el 'relato' ha cambiado: no hubo falsificación de cuentas sino un pasajero problema de liquidez

Difícil le va a ser explicar a este último su actuación. Los hechos ahora publicados pueden desviar la atención de las acusaciones de falseamiento de las cuentas de la ampliación de capital de 2016 que algunos apuntaban como origen de todo. El Consejo y la auditora, Price Waterhouse, pueden ver mejoradas sus líneas de defensa: todo el problema era la liquidez inmediata, el banco era solvente, como demostraban sus cuentas y declaraciones al BdE, y la valoración de Deloitte (otros de los grandes secretos de la Unión Europea) era de derribo una vez que alguien le puso una zancadilla al banco para derribarlo, pero no era el valor del banco mientras se mantuviera en pie, porque uno no mide de alto lo mismo erguido que tumbado.

En fin, que la arqueología entre los papeles desclasificados por Andreu puede darnos en las próximas semanas tardes de gloria para solaz de los espectadores y cabreo de los inversores en Popular. Yo, del Gobierno, desviaba hacia allí la atención informativa.