Cuando el feminismo roza el ridículo: Cristina Almeida pasó hambre con el franquismo

Si el feminismo actual no caminara siempre al borde del ridículo, no ocurrirían estas cosas. Pero cuando es el propio presidente del Gobierno quien no se cansa de repetir que lo suyo es un Ejecutivo feminista, te puedes encontrar con la mala uva española que recoge las manifestaciones de algunos personajes, como Cristina Almeida, quien, al parecer, pasó hambre con el franquismo. Es la misma abogada que aseguraba sentirse molesta ante los piropos, de suyo machistas, como todo el mundo sabe. Eso también provocó muchos memes.

¡Ay don Pedro!

 

Sabina y Wyoming

Sabina y Wyoming: los políticamente correctos sois vosotros

Joaquín Sabina y el Gran Wyoming, dos de nuestros ciudadanos más progresistas, abanderan la campaña por la libertad de expresión y gritan contra lo políticamente correcto.

Pero hombre, don Joaquín, don José Miguel, si lo más políticamente correcto que existe hoy en España son ustedes.

Lo políticamente incorrecto, lo que asume el riesgo de enfrentarse a la atmósfera dominante es, por ejemplo, ser católico y comportarse como tal. En la España de hoy, lo políticamente incorrecto es ser monógamo, heterosexual, atreverse con una familia numerosa… Nadie te va a aplaudir por eso.

Además, ustedes no defienden la libertad de expresión, sino la impunidad del insultón, del injuriador.

Y más: el humor que dicen defender consiste en la súbita percepción de la incongruencia. Pero para Sabina y Monzón la congruencia no existe: en lo único que creen es en ellos mismos.

Traducido: yo no les encuentro ninguna gracia.

 

Roures y Moll

Roures se entromete en la venta del Grupo Zeta

La historia es sencilla. El editor Javier Moll, Prensa Ibérica, ofrece 30 millones de euros por el Grupo Zeta, cuyo principal activo son dos periódicos catalanes: El Periódico de Barcelona y el Sport. La deuda del conglomerado Zeta se eleva a 90 millones de euros y los bancos tendrán que hacer su quita. Parecía una buena oferta que, al menos, salvaba los puestos de trabajo.

Pero entonces llega el inefable Jaume Roures, y ofrece 40. No se sabe si en serio o por molestar. Los bancos no le quieren vender al, según propia autodefinición, “comunista y anticlerical” Jaume Roures. No es de extrañar. Roures ha comprado otros diarios y terminó convirtiéndolos en digitales con menor plantilla.

Pero el caso es que ofrece más, aunque nadie sepa por qué. Y ahí tienen a los acreedores deshojando la margarita: se lo vendían a Moll con gusto pero luego, sus accionistas, podrían pedirle cuentas.

Ni que decir tiene que los empleados de Zeta están deseando que se lo quede Moll.

 

El dinero que huye Venezuela compra inmuebles en España

Tambores de guerra civil en Venezuela mientras el capital caraqueño huye a España

Nicolás Maduro espanta al dinero. Los venezolanos con posibilidades se han venido a España. No sólo los de la oposición a Guaidó, sino también los pudientes que apoyaron a Hugo Chávez… o mejor, los que se hicieron pudientes laureando al bananero. Y en España, compran inmuebles.

Ahora bien, lo más peligroso no sucede aquí, sino allí. El peligro en Venezuela es de guerra civil. Así, como suena.

Mientras, la cobardía de Pedro Sánchez y la memez de Zapatero han neutralizado a España como mediador.

Y Donald Trump aumenta la presión sobre Nicolás Maduro con el apoyo de Colombia y Brasil… y la pasividad de Europa.

 

Teresa Ribera, incapaz de contener el precio de la luz, que anda desbocado

A ver si nos entendemos: ¿prefiere usted energía barata o energía verde? Por cierto, por ser verde no es más limpia

No dará tiempo ni a iniciar su tramitación parlamentaria, pero la ministra de Transición hacia el paraíso, perdón, hacia un mundo limpio de CO2 y de muchas cosas más, doña Teresa Ribera, ha conseguido que el Gobierno apruebe su ley de transición energética.

Una chifladura que, aparte de fallida en origen y que sólo servirá como mercancía electoral del PSOE. Está basada en la idea, muy verde, de que la ecología es cara, sí, pero que pueden conseguir que se pague con el dinero de los demás, con el dinero de todos los contribuyentes.

Para entendernos: energía verde es igual a energía carísima. Y encima, la energía verde no tiene por qué ser más limpia en CO2. Verbigracia, la energía nuclear es mucho más eficiente, mucho más barata… y tampoco produce CO2.