De que los socialistas promovieron el bulo de los caramelos envenenados en mayo de 1936 no hay ninguna duda, porque han dejado pruebas por muchos sitios, hasta en un lugar tan público y visible como el Diario de Sesiones del Congreso; cosa distinta es que estos crímenes los reconozca ese ignominioso Ministerio de la Verdad que pretende poner en marcha Carmen Calvo, para encerrar la verdad en una jaula.

Da pena la vicepresidenta de este Gobierno español de socialistas y comunistas, Carmen Calvo, por el ingente trabajo que se ha echado a las espaldas en su afán de imponernos a los historiadores como única verdad oficial la que le convenga al PSOE, porque eso, además de ser estalinista, es un imposible. Ya se puede rodear Carmen Calvo de cientos y hasta de miles de colaboradores para borrar los atropellos criminales y antidemocráticos de la historia del PSOE, que no lo va a conseguir, porque eso es una tarea tan imposible como ponerle puertas al campo.

Da pena la vicepresidenta de este Gobierno español de socialistas y comunistas, Carmen Calvo, por el ingente trabajo que se ha echado a las espaldas en su afán de imponernos a los historiadores como única verdad oficial la que le convenga al PSOE, porque eso además de ser estalinista es un imposible

Para confirmar lo que digo de las pruebas basta con leerse la sesión del Congreso de los Diputados del 6 de mayo de 1936. Dos días después de los linchamientos de monjas de María Auxiliadora y de católicos y de la quema de iglesias con el pretexto de los caramelos envenenados, el diputado monárquico Juan Antonio Gamazo y José Calvo Sotelo denunciaron los hechos en sede parlamentaria.

La intervención de Calvo Sotelo fue respondida por el diputado socialista por Jaén, Tomás Álvarez Angulo, con estas palabras:

—“La culpa la tenéis vosotros, que habéis mandado con caramelos a las mujeres”.

         La entonces socialista Margarita Nelken, diputada por Badajoz, fue todavía más contundente:

—“Los verdugos no tienen derecho a hablar. Ni más ni menos. No se puede tolerar semejante impudor y semejante cinismo”.

La intervención del socialista Tomás Álvarez Angulo daba por cierto lo de los caramelos envenenados, cuando era sabido por todos que aquello había sido un bulo. Pero al darlo por cierto el diputado socialista justificaba los crímenes cometidos el día 4 de mayo. En aquella sesión parlamentaria del 6 de mayo de 1936, alguno incluso fue más lejos y culpó a la gente de derechas de los desmanes cometidos dos días antes. Juan Antonio Gamazo le replicó con estas palabras:

—Quienes el lunes actuaron en las calles madrileñas con un sentido amotinado y daño de personas y cosas, de intereses morales y materiales de la derecha, esos desde luego no han sido electores de los hombres que nos sentamos en estos bancos, han sido electores del Frente Popular…”. Y al decir esto le interrumpió, el diputado socialista por Córdoba, Wenceslao Carrillo Alonso-Forjador, padre de Santiago Carrillo Solares, con estas palabras:

—“Son los que dispararon desde la iglesia de los Ángeles…”

Si sabría Wenceslao Carrillo Alonso-Forjador lo de los tiros de Nuestra Señora de los Ángeles… El recurso a la mentira del paqueo (francotiradores) como excusa para justificar los crímenes del sectarismo antirreligioso era ya viejo en España. Se había utilizado en julio de 1834, como pretexto, para asesinar a los frailes de San Francisco el Grande de Madrid, cuando las sectas masónicas hicieron correr otro bulo en la capital de España: en este caso lo que dijeron que los frailes habían envenenado no eran caramelos, sino las fuentes de la ciudad. 

Pero la verdad de lo ocurrido en la iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles la ha contado un testigo de los hechos, Jaime Espina y del Caño, un doctor que el día 4 de mayo de 1936 prestaba servicio, como médico de guardia en la Casa de Socorro, y que ha dejado el siguiente testimonio: “La Glorieta de Cuatro Caminos hervía de gente, pudiendo presenciar como el socialista Wenceslao Carrillo capitaneaba al parecer las masas, y como unos individuos se le acercaban diciéndole estas o parecidas palabras: “Han cerrado las puertas de la iglesia y no nos quieren abrir”. Contestándole Carrillo: “Pues tirad un tiro al aire y decís que os disparan desde dentro de la iglesia”. Poco después se oyó un disparo, volviendo dichos individuos a hablar con Wenceslao, él que les dijo: “Id y quemarla”.

La brutal represión contra la libertad de prensa durante la Segunda República, sobre la que ya describí con datos en otro artículo cómo asaltaron sedes de periódicos o los cerraron con leyes injustas, tergiversó las informaciones en la misma dirección de las intervenciones de los diputados socialistas, que hemos citado.

Pero a los historiadores todavía nos quedan archivos y la prensa extranjera para buscar la verdad. La portada del número 3.931 de fecha 15 de mayo de 1936 del periódico londinense The Universe publicó una foto con este titular: “La policía recatando a un sacerdote de las iras del populacho”

Pero a los historiadores todavía nos quedan archivos y la prensa extranjera para buscar la verdad. La portada del número 3.931 de fecha 15 de mayo de 1936 del periódico londinense The Universe publicó una foto con este titular: “La policía recatando a un sacerdote de las iras del populacho”.

En efecto, en la foto aparece uno de los sacerdotes de la parroquia de Nuestra Señora de los Ángeles, Ladislao López Izquierdo, que ejercía en esa iglesia con el nombramiento de sacristán mayor y vivía en las dependencias parroquiales junto con sus padres, una hermana suya y una sobrina.

En el pie de foto del mencionado periódico londinense se podía leer lo siguiente: “La policía de Madrid rescata a un sacerdote de la muchedumbre enfurecida a consecuencia de un bulo, consistente en que habían sido repartidos caramelos envenenados a los niños por unas monjas. El bulo se extendió y grupos de hombres marcharon de iglesia en iglesia rociándolas de gasolina y quemándolas. Una escuela fue asaltada y los muebles arrojados a la calle”.

Pero siendo grave el intento de linchamiento del sacerdote Ladislao López Izquierdo, lo que de verdad le sorprende al periódico londinense es la reacción política del Gobierno del Frente Popular y lo ocurrido en la sesión del Congreso de los Diputados del día 6 de mayo, a la que antes me he referido.

Esta es la crónica publicada en las páginas interiores del periódico The Universe: “Durante una sesión movida en la Cortes dos diputados católicos, el conde Gamazo y el señor Calvo Sotelo llamaron la atención del Gobierno sobre los continuos incendios de las iglesias, conventos y otras instituciones religiosas en España. A pesar de las interrupciones de los socialistas y los comunistas, los dos diputados católicos resumieron los sucesos de un solo día en la ciudad de Madrid, en este país que según el Gobierno está “tranquilo”. A continuación, damos unos cuantos datos: Ataque contra un convento franciscano. Quema de la escuela San Vicente de Paul en la calle de la Santísima Trinidad. Quema de la iglesia de San Sebastián. Quema de la puerta de la iglesia de Raimundo Lulio. Las masas roban la gasolina de los surtidores en las calles, pero los guardias llegan tarde. Los coches particulares son obligados a entregar la gasolina en la plaza de Chamberí. Las puertas de la iglesia de las Comendadoras son incendiadas con gasolina. Una iglesia y una casa destruidas en el barrio de Tetuán. La iglesia de los Ángeles, la escuela del Ave María, y el colegio del Pilar incendiados totalmente. Una iglesia y un presbiterio quemados en el barrio de Almenara. Una mujer francesa apresada y azotada cuando iba a misa. Un sacerdote golpeado y desvalijado. Un hombre y una mujer golpeados en una estación del Metro al gritar un forastero: “ahí van dos envenenadores de nuestros hijos” (se demostró la semana pasada que este rumor era falso). Una mujer agredida al entrar en un convento: la hicieron treinta heridas en la cabeza. Cuatro monjas agredidas y arrastradas por las calles. ¿Dónde estaba la fuerza pública de España durante todos estos acontecimientos? Y se preguntó al Gobierno, pero hasta la fecha el Gobierno no contestado”.

Decálogo del joven socialista: “La única idea que hoy debe tener grabada el joven socialista en su cerebro es que el Socialismo solamente puede imponerse por la violencia, y que aquel compañero que propugne lo contrario, que tenga todavía sueños democráticos, sea alto, sea bajo, no pasa de ser un traidor, consciente o inconscientemente”

La respuesta a todas las preguntas que se hacía el periódico inglés, ya la habían dado los socialistas dos años antes, el 17 de febrero de 1934, y lo habían hecho de manera resumida en el octavo mandamiento del llamado decálogo del joven socialista, publicado en el número 130 de la revista Renovación, órgano de la Federación de la Juventudes Socialistas de España. El octavo precepto decía así: “La única idea que hoy debe tener grabada el joven socialista en su cerebro es que el Socialismo solamente puede imponerse por la violencia, y que aquel compañero que propugne lo contrario, que tenga todavía sueños democráticos, sea alto, sea bajo, no pasa de ser un traidor, consciente o inconscientemente”.

decalogo

En 1933 se apoderó de la dirección de la revista Renovación Santiago Carrillo Solares, el hijo de Wenceslao Carrillo Alonso-Forjador, el diputado socialista por Córdoba, que había acaudillado a la chusma, azuzándola con el bulo de los carmelos envenenados, para que quemase la Iglesia de Nuestra Señora delos Ángeles, lindera con la madrileña Glorieta de Cuatro Caminos.

Javier Paredes

Catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad de Alcalá.