El doctor Carlos Morín, otra vez demandado por practicar abortos ilegales en sus chiringuitos de Barcelona
En la Audiencia de Barcelona se ha celebrado la primera sesión del nuevo juicio al doctor Carlos Morín (en la imagen), que vuelve a sentarse en el banquillo de los acusados, junto a su esposa y una decena de médicos y trabajadores de sus clínicas, para afrontar una petición fiscal de cerca de 300 años de prisión, acusado de practicar un centenar de abortos ilegales en sus cuatro chiringuitos abortistas de Barcelona.
La Fiscalía pidió que las pacientes de sus clínicas vuelvan a testificar en el nuevo juicio, después de que el Tribunal Supremo ordenase repetir la vista oral. En esta primera sesión, dedicada a las cuestiones previas, la fiscal rechazó la petición del abogado de Morín, Miquel Capuz de que, en vez de citarlas, se reprodujera en la sala el DVD de sus declaraciones del primer juicio para evitar que tuvieran que pasar de nuevo por este doloroso trance.
Pero la fiscal se opuso porque ve riesgo de que el Alto Tribunal los abocara a un tercer juicio y añadió que limitarse a reproducir el DVD sería lo contrario de lo que ésta estableció al ordenar repetir el juicio. «Sé que es impopular que diga esto, pero elementales puntos del proceso penal impiden que el Ministerio se adhiera a esta petición», afirmó.
La Audiencia de Barcelona había absuelto a Carlos Morín, a su mujer y a nueve acusados más en 2013, tras meses de juicio. Entendió que los abortos denunciados por la Fiscalía quedaban amparados por la antigua ley o por la aprobada en 2010: o estaban dentro de las 14 semanas de gestación en que se permite la interrupción libre del embarazo o había riesgo de daños físicos o psíquicos para la madre y el feto, sin que se superaran las 22 semanas de plazo máximo.
El abogado del doctor Carlos Morín pidió que, dado el estado de salud de su cliente, no se le obligue a estar en todas las sesiones del juicio y pueda ir sólo el día de su declaración y en el turno final de palabra.
Por último, Sodenberg y colaboradores, del departamento de Ginecología y Obstetricia del Hospital de Malmo, en Suecia, publicaron en el European Journal of Obstetrics, Gynecology and Reproductive Biology, que el 60% de las mujeres con un aborto provocado presentaban alteraciones emocionales y que el 30% se consideraban como alteraciones emocionales severas que conducían al suicidio.