Según él, no se podían hacer inversiones públicas hasta que no se redujera la inflación
El presidente del Gobierno insinúa que la inflación terminará el año en el 1,5, al menos, muy por debajo del 2 y cuatro puntos por debajo de agosto, cuando estaba en el 5,4.
Lo más curioso es que el presidente considere esta bajada como la mejor noticia. Ciertamente lo que es peor son las causas de la misma: la recesión que ha tumbado el precio del petróleo desde los 140 a los 40 dólares barril.
En otro alarde de pirueta económica, ZP ha asegurado que con una inflación elevado no se podían hacer inversiones públicas contra la crisis ¡¿...?!
Por otra parte, el presidente asegura que no reducirá la liquidez a los banqueros a pesar de que estos no han traspasado ese dinero de todos al público y tienen paralizada la economía por la falta de crédito. Eso sí, ha asegurado que se reunirá con ellos en enero: a lo mejor les riñe.