Oído en el mejor centro de información de la España socialista: la peluquería Estudio 52, enclavada en la entrada de la Moraleja, la urbanización de lujo más famosa de todo Madrid y de España. Ocurrió que Pedro Ballvé, propietario y presidente de Campofrío, había pedido una entrevista con Rodríguez Zapatero.

 

Utilizó como intermediaria a su amiga Trinidad Jiménez. La cita iba a tener lugar en casa de la madre de Ballvé, doña Eulalia Lantero, más conocida por Lala. Y, cosa grave, Zapatero les dio plantón. Regresó tarde un mitin en Zaragoza, y eso es más importante. Ya no sirve de intermediario ni la Trini: una vergüenza.