Zapatero minimiza la importancia de los vaivenes organizativos por las nuevas tecnologías Los vaivenes son de aupa. En sólo un año, Asuntos Sociales, o sea Dependencia ha pasado de Trabajo a Educación y ahora Sanidad. En el cambio, ha perdido la categoría de secretaría de Estado. Lo mismo le ha pasado a Universidades que ha pasado de Educación a Ciencia e Innovación regresando a Educación, pero rebajada en el organigrama.
¿A qué se deben estos vaivenes?, le preguntan distintos grupos parlamentarios. Zapatero resta importancia. En primer lugar, afirma que en el caso de Universidades, la adscripción no está tan clara como Defensa o Exteriores y que los países europeos adoptan distintas soluciones. Es un ensayo-error, reconoce. Sólo que conviene recordar -como ha hecho Rajoy este miércoles- que el propio Gabilondo señalaba hacia un año que la adscripción de Universidades a Ciencia e Innovación había sido una magnífica idea. Pero tocaba el ensayo-error.
Además, Zapatero señala que la administración tiene que hacerse más flexible y que con las nuevas tecnologías, los problemas son menos. Cierto. Pero haberlos, haylos. Y además Zapatero pone un ejemplo que no es el más adecuado. Afirma que las becas universitarias se han seguido dando. Cierto, pero se han gestionado desde Educación a pesar de que la competencia era de Garmendia. La razón es que el cambio no se improvisa. Han tardado cerca de 8 meses en realizar los cambios para que ahora la mudanza vuelva a su lugar de origen. Y eso no es sólo ensayo-error, es improvisación, chapuza y coste.