Crispación diplomática a cuenta de la política de inmigración propuesta por Italia

Zapatero podría aprovechar la cumbre de la FAO de la semana próxima para verse con Berlusconi y hablar sobre política migratoria. Se verán y hablarán, seguramente, aunque habrá más líderes europeos y latinoamericanos. De esta manera, De la Vega trata de evitar el bochorno de la última cumbre de la OTAN donde tras anunciar que ZP se iba a encontrar con Zapatero, el encuentro no se produjo. Fue un saludo de apenas unos segundos.

En todo caso, la crisis diplomática sigue caliente. De la Vega no responde a las acusaciones del ministro de Asuntos comunitarios italiano que dice que no está dispuesto a recibir lecciones morales de España. La vicepresidenta rechaza frontalmente la criminalización de la inmigración ilegal. Considera que es suficiente con las medidas administrativas. Y para calmar las aguas asegura que hay sensibilidades diferentes dentro de países que son socios, aliados y amigos. Vamos, que no iba a volver a repetir eso de que los sucesos italianos revelaban racismo, xenofobia y violencia. Perfil bajo.

Por otra parte, De la Vega insiste en la necesidad de tener una política común con la UE y presume de que fue una de sus prioridades al iniciarse la anterior legislatura. Fue el hoy ministro de Exteriores italiano, Franco Fratini, quien era comisario entonces y entonces logramos poner en marcha Frontex. Comunitarizar la política migratoria y cooperar con los países de origen y tránsito de la inmigración parecen ser las prioridades.