El curso político se ha abierto con la promesa del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, de subir las pensiones mínimas el doble que el resto. Con una de esas concreciones aceptadas por todos, aunque nadie sepa de dónde han salido, resulta que la promesa de Zapatero se ha concretado en una subida de un 6% para las jubilaciones mínimas, mientras que el resto se quedaría en un 3%.

 

Ahora bien, ¿qué se entiende por pensión mínima?: ¿Las contributivas o las no contributivas? ¿Las del régimen general o las de viudedad? La verdad es que Zapatero debería haber concretado un poquito más.

 

Para hacernos una idea, hay que recordar que la pensión contributiva mínima, sin cónyuge a cargo, está en los 411,76 euros por 14 pagas (unas 68.400 de las antiguas pesetas). La pensión no contributiva para mayores de 65 años se sitúa en los 276,3 euros (neto por 14 pagas), unas 45.870 pesetas.

 

Si hablamos de viudedad, 65 años, estaríamos hablando, también, de 411,76 euros de jubilación mensual (la gran subida de las pensiones de viudedad, a cada uno lo suyo, vino con el Partido Popular). Finalmente, la pensión de orfandad se sitúa en los 124,5 euros, unas 20.700 pesetas.

 

En definitiva, si nos atenemos a la pensión mínima contributiva (régimen general sin cónyuge a cargo), la traducción de la promesa de Zapatero es una subida mensual de 24,6 euros, algo más de 4.000 pesetas. Así, en cifras absolutas, incluso nos podemos entender.